El Bando de los Caballos del Vino es la institución de la tradición, la fuerza de la naturaleza y la “simbiosis” del hombre con el caballo. Es el bando que agrupa a la Peñas Caballistas, las que engalanan a sus equinos con los más finos mantos bordados para exhibición y competición en la mañana del día 2 de mayo, acaso el más intenso de las Fiestas en Honor a la Santísima y Vera Cruz.
Del mencionado Bando mana la organización de eventos tan populares y multitudinarios como las Romerías y la apasionante Carrera de la Cuesta del Castillo, en la cual las peñas caballistas compiten en una contrarreloj de velocidad, con sus respectivos animales. El Bando de los Caballos del Vino es el que actúa pues como árbitro y supervisor de todo cuanto ocurre los días 1 y 2 de mayo, y el encargado de mediar con la diferentes Peñas caballistas para el correcto funcionamiento de los festejos.
Además de su jerarquía organizativa, el Bando de los Caballos del Vino escoge a su imagen pública cada dos años, encarnada en la Amazona, a la cual designan de entre las chicas jóvenes de la ciudad vinculadas de algún modo al Bando. La Amazona participa en los actos públicos de las festividades ataviada con la indumentaria típica del caballista (camisa blanca, pantalones, faja y pañuelo rojos…) y montando a caballo. Al igual que los otros Bandos, el de los Caballos del Vino también cuenta con representación mas joven con la Amazona Infantil, caracterizada como su homónima adulta.
